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Greenpeace cambian el mensaje de la icónica campaña de El Corte Inglés para alertar sobre la emergencia climática  

  • Activistas de Greenpeace se han descolgado a más de 25 metros de altura en el edificio de El Corte Inglés de Nuevos Ministerios (Madrid) para destacar la gravedad del asunto
  • Es imprescindible realizar cambios rápidos y profundos en todos los sectores y a todas las escalas para cambiar nuestro modelo de producción y consumo
  • El Gobierno no puede ignorar el mensaje del IPCC y debe aumentar significativamente su objetivo de reducción de emisiones en el plan de energía y clima en revisión  

A primera hora de hoy, Día Meteorológico Mundial, escaladores de Greenpeace se han descolgado a más de 25 metros de altura en el edificio de El Corte Inglés en Nuevos Ministerios (Madrid), donde han desplegado una pancarta que adapta el icónico mensaje de la marca (“Ya es primavera”) a “YA NUNCA es primavera”. El objetivo: alertar sobre cómo el cambio climático, provocado por los combustibles fósiles, está modificando el clima, agravando los eventos climáticos extremos y diluyendo las estaciones de transición (primavera y otoño). Según La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), el verano actual abarca cinco semanas más que a comienzos de los años 80 y 2022 fue el año más caluroso de los últimos 107, con 4.700 personas fallecidas como consecuencia de las distintas olas de calor que sufrió España.

Esta acción se produce la misma semana que el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC) ha presentado su primer informe integral en los últimos nueve años, en el que alerta de que la crisis climática es una amenaza para el bienestar humano y la salud del planeta y la ventana de oportunidad que la humanidad tiene para asegurarse un futuro habitable y sostenible para todos se está cerrando. El grupo de expertos ha insistido en que esta década es crucial para actuar, ya que los impactos climáticos continúan intensificándose, más rápido de lo previsto, por lo que, si no se cambia el rumbo, sus consecuencias están camino de ser irreversibles.

“La realidad del cambio climático, como los informes del IPCC atestiguan, está haciendo desaparecer la primavera tal como la conocíamos. Esta es solo una de las muchas y terribles consecuencias que está trayendo consigo la crisis climática, como las olas de calor infernales en verano o la sequía que estamos sufriendo actualmente. Ese es el motivo por el que hoy, Día Meteorológico Mundial, hemos querido visibilizar una de las crisis más grandes a las que se enfrenta actualmente la humanidad para hacer un llamamiento a actuar antes de que sea tarde. Seguro que todos compartimos el deseo de que la primavera no se convierta definitivamente en un añorado recuerdo”, ha señalado Pedro Zorrilla Miras, responsable de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace.

La mala noticia es que la crisis climática ya está aquí y se está intensificando. La buena, como ha insistido el IPCC, es que ya existen soluciones para atajarla. El futuro del planeta pasa por proteger la biodiversidad y diseñar un nuevo sistema energético en el que se reemplacen definitivamente los combustibles sucios (carbón, petróleo, gas y uranio) por energías renovables. Para Greenpeace, es clave cambiar nuestro modelo socioeconómico, que no respeta los límites del planeta, y apostar por la reducción de la demanda, la eficiencia, el ahorro y las soluciones inteligentes que aseguren una transición justa que garantice el acceso a energía renovable y asequible para todo el mundo.

“El IPCC ha sido una vez más muy tajante: el tiempo apremia y, para salir de esta, necesitamos mucha más ambición para una reducción drástica y rápida de las emisiones. Además, hacer frente a la crisis climática nos obliga a una radical y urgente transformación económica, social y política del sistema, que pase por la justicia climática -con la reducción de las necesidades energéticas y del consumo-, que apueste por un modelo distinto de alimentación y movilidad, y que avance urgentemente hacia un sistema energético 100% renovable, democrático, social y ambientalmente respetuoso y justo”, ha declarado Eva Saldaña Buenache, directora ejecutiva de Greenpeace.

El IPCC destaca que las mayores contribuciones a la mitigación del cambio climático vendrán de la energía solar y eólica, de la protección y restauración de bosques y otros ecosistemas, de sistemas alimentarios respetuosos con el clima y de la eficiencia energética en sus múltiples formas. Asimismo asegura que se necesitan cambios rápidos y muy ambiciosos en todos los sectores y a todas las escalas.

Por eso, para recuperar la primavera y evitar un cambio climático con consecuencias devastadoras, Greenpeace insiste en denunciar el greenwashing de la industria de los combustibles fósiles y reclamar acción urgente a quienes lideran la política.

En España, en concreto, los objetivos actuales del Gobierno siguen siendo insuficientes para cumplir con las recomendaciones del IPCC y con el Acuerdo de París, por lo que Greenpeace espera que la justicia responda favorablemente al litigio climático que, junto con otras cuatro organizaciones, interpuso hace ya más de dos años y que está pendiente de resolverse.

“Tenemos que exigir al Gobierno español que actúe según la ciencia, según las recomendaciones del IPCC. Si no lo hace por voluntad propia, esperamos que la justicia le obligue a ello: que aumente drásticamente su objetivo de reducción de emisiones para 2030 y que lo fije en al menos un 55% menos que las emisiones de 1990, para hacerlo compatible con el Acuerdo de París y así evitar superar el límite de 1,5ºC”, ha concluido Zorrilla Miras.

Semana Santa por las Vías Verdes de España

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Atardeceres en Pinoso que dan vida

|Aurora Martínez|

Una tarde de mayo cualquiera. El sol cae, los pájaros vuelan alto, muy alto. Tanto que los pierdes de vista fácilmente. Mientras tanto los árboles juegan a moverse al son del aire, cómo si de una coreografía se tratara. Todo parece estar en perfecta armonía. Las nubes se colocan estratégicamente dibujando figuras en el cielo. Todas las agujas del reloj se detienen, es la hora. Es el momento perfecto para disfrutar de estos regalos tan mágicos que nos brinda nuestra naturaleza.

Aquí arriba todo es tan puro, tan sano. Ojalá pudiera ser eterno. Quiero seguir teniendo la sensación de libertad, respirar profundo y alimentarme de este aire tan frágil, limpio, transparente.

Este simple atardecer siempre estará dispuesto para nosotros. Será nuestra vía de escape, una alternativa paralela a la realidad a la que nos enfrentamos. Contraria a nuestra rutina diaria, en la que la rapidez prima ante la calma, el exceso a lo escaso, las excusas a los actos.

Ya no nos detenemos para fijarnos en esos pequeños detalles que dan aliento. Ahora nos cruzamos con las piedras para golpearlas sin sentido, pisamos las plantas como si fueran parte del camino. Arrugamos nuestras penas y las arrojamos a la calle, sin motivos ni porqués. La bola se va haciendo más grande, más ruda, pesada.

Un atardecer de mayo en Pinoso | Aurora Martínez

 

Detente. Date la oportunidad, aunque sea por un momento, de adentrarte en la calma de la montaña, en la sencillez y perfección de una mariposa volando, en el eco del viento soplar. Entonces, volverás a mirar atrás y comprenderás el sentido de la vida. Quizá ahora te des cuenta de que los pájaros jamás dejarán de cantarte, ni los árboles de bailarte. Los montes estarán cargados de oxígeno para salvarte y el sonido del mar será la perfecta armonía para acunar tus sueños. Aunque solo sea por su desinteresada fidelidad, cuida y protege aquello que te acompañará en este  camino denominado «vida».