Oposición a la construcción de un nuevo aparcamiento en Fuente Dé

Ampliar las plazas de aparcamiento es completamente innecesario en un lugar como Fuente Dé, ya de por sí sobresaturado de visitantes, especialmente durante los meses de verano. Más vehículos privados solo servirá para que aumenten las colas para subir al teleférico, que sean aún si cabe más largas, sin sentido alguno para los valores de conservación de un espacio natural.

Ecologistas en Acción recuerda que el desarrollo urbanístico en los Parques Nacionales está limitado por ley y pide a las Administraciones respeto a la normativa vigente y a la preservación de los valores naturales que hicieron que este espacio fuese declarado Parque Nacional.

La Ley 42/2007, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, en su art. 30.4 señala que «en los Parques se facilitará la entrada de visitantes con las limitaciones precisas para garantizar la protección de aquéllos» y la Ley 16/1995, de declaración del Parque Nacional de los Picos de Europa, en su art. 9.3, remite a su plan sectorial para la regulación de las visitas, que en orden a la  preservación del Parque Nacional  exige el control de acceso en vehículos motorizados, sobre todo en épocas de gran afluencia.

Por su parte la Ley 30/2014 de Parques Nacionales, en su art. 7, se refiere a los efectos jurídicos ligados a la declaración de un Parque Nacional, considerándose incompatible cualquier infraestructura nueva, salvo circunstancias excepcionales por razones de protección ambiental o interés social, y siempre que no exista otra solución satisfactoria. Además, el reciente Plan Director de Parques Nacionales exige que cualquier tramitación urbanística debe adaptarse al Plan de Rector de Uso y Gestión (P.R.U.G.) del Parque Nacional y a las especificaciones técnicas, que en materia de protección del paisaje y de los valores naturales, pudiesen dictarse en desarrollo del mismo.

La gestión moderna de visitantes en un Espacio Natural Protegido, tan señero como Picos de Europa, exige actuar de forma bien diferente, con restricciones al acceso masivo e indiscriminado, en la línea de gestión iniciada desde hace casi un siglo en los Parques Nacionales de montaña en EE.UU. o los Alpes, donde las restricciones de acceso indiscriminado a vehículos motorizados son bien conocidas.

El acceso de visitantes en el lado cántabro de Picos de Europa debería seguir lo que ya funciona satisfactoriamente desde hace varios años en la vertiente asturiana, en los accesos a los Lagos de Covadonga, facilitando el acceso de visitantes mediante autobuses lanzaderas, habilitando aparcamientos disuasorios intermedios, y garantizando el acceso de vehículos motorizados para usos exclusivamente autorizados.

La gestión de visitantes de un Parque Nacional no puede supeditarse en ningún caso al modelo todo coche que sistemáticamente desarrolla la empresa pública CANTUR en los ámbitos de su gestión (Cabárceno, Alto Campoo, Fuente Dé), sin detrimento de que las instalaciones de transporte por cable sean debidamente accesibles con un sistema de transporte colectivo con lanzaderas que recojan y dejen viajeros en el Centro de Visitantes de Sotama, Potes, Camaleño, Los Llanos, Cosgaya o Espinama, y compatible con servicios de transporte discrecional de viajeros.

Esta solución sería la más apropiada para reducir la contaminación, la carga de vehículos, reducir riesgos derivados del tráfico intensivo y además beneficiar a la población local ya que atraería a las visitas a otras localidades de su área de influencia mediante la promoción del transporte público, que a su vez podría ser gestionado por empresas locales.

Esta ONG considera un despropósito que se pretenda incrementar aún más la capacidad de carga del espacio para vehículos motorizados privados en una de las zonas más sensibles del Parque (zona de nidificación de rapaces, de paso habitual de oso pardo y otra fauna emblemática, con hayedos calcícolas en muy buen estado de conservación, y lugar con poblaciones de flora y fauna amenazada, rara y emblemática), que lamentablemente ya soporta de forma habitual unos impactos severos.

Roberto Herrero 

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