La Alianza contra la incineradora de Valdemingómez felicita al municipio de Madrid por el anuncio del cierre de la instalación

•    El movimiento ecologista y vecinal de Madrid ha sido clave para lograr el cierre
•    Las emisiones contaminantes de la incineradora han afectado a más de un millón de personas
•    El pasado martes la Alianza entregó al Ayuntamiento de Madrid 24.400 firmas que pedían el cierre de la incineradora

El Ayuntamiento de Madrid ha anunciado hoy el cierre de la incineradora de Valdemingómez para 2025. Los 45 colectivos que integran la “Alianza Incineradora de Valdemingómez No” felicitan a la ciudadanía de Madrid por este logro, ya que ha sido el movimiento vecinal y ecologista quien tras décadas de lucha lo ha conseguido. Para los colectivos vecinales y ecologistas es un paso importante aunque hubiera sido mejor llevar a cabo el cierre definitivo más cerca de 2020.

La estrategia de residuos presentada se basa en la reducción de residuos generados en la ciudad de Madrid, e incluye la puesta en marcha en 2020, fecha en la que finaliza el contrato de explotación de la incineradora, de un plan de cierre de la instalación. Este plan supone la reducción de la incineración al 50% en 2022, y su cierre definitivo en 2025.

La “Alianza Incineradora de Valdemingomez No” valora positivamente la valentía de la ciudad de Madrid al tomar esta decisión que ayudará a mejorar la calidad de vida de las personas madrileñas y de las de los municipios cercanos a la incineradora, que ya se habían posicionado a favor de su cierre.

Desde su puesta en marcha, hace 23 años, la incineradora de Valdemingómez ha quemado 300.000 toneladas al año de residuos urbanos, procedentes de la capital. En el proceso de quema se emiten decenas de sustancias nocivas y peligrosas, como las dioxinas y los furanos, elementos de los que no existen límites seguros de exposición para la población.

Como se ha demostrado, la quema de residuos no ha solucionado en absoluto el problema de los residuos en la ciudad de Madrid. Todo lo contrario, ha perpetuado un modelo de gestión caro, contaminante y muy peligroso para la salud de un millón de personas que viven en los alrededores de esta instalación.

La preocupación vecinal por la incineración se ha visto plasmada en múltiples ocasiones y actos. Los últimos han tenido lugar el pasado mes de febrero con una masiva manifestación por las calles de Villa de Vallecas o el pasado martes con la entrega de 24.400 firmas que pedían el cierre definitivo de la incineradora.

El anuncio de hoy de la corporación municipal avanza en el buen camino hacia una ciudad residuo cero, con medidas adecuadas y reclamadas desde hace tiempo, como la separación en origen de la fracción orgánica de los residuos o el textil.

La Alianza espera que el plan establecido sea lo suficientemente sólido y vinculante como para que se cumpla efectivamente, y el cierre de la incineradora sea una realidad en 2025.

Alodia Pérez

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