Tras varios años de trabajo a pie de campo en diferentes territorios, AgriAdapt concluye con una serie de resultados tangibles: cuatro manuales prácticos online sobre adaptación al cambio climático en cultivos estratégicos como cereal, almendro, olivo y viña, elaborados a partir de ensayos reales realizados junto a agricultores. Estos materiales incluyen metodologías y resultados obtenidos durante el proyecto, pensados para que cualquier profesional del sector pueda inspirarse y aplicar soluciones contrastadas en su explotación. Además, gracias a la recopilación de medidas específicas para cada cultivo y el análisis detallado del impacto del cambio climático en estos sistemas agrícolas a través de la herramienta CANARI, el proyecto sienta una base sólida para avanzar hacia la implementación práctica a futuro.
El proyecto ha contado con 100 agricultores participantes en talleres presenciales de evaluación de la percepción social y un amplio despliegue formativo, con seis jornadas online que han reunido a 305 asistentes. “Estos espacios han permitido no solo recabar información, sino también testar enfoques comunicativos y abrir vías de diálogo más eficaces con el sector, incluyendo a los equipos técnicos de las cooperativas” explica Vanessa Sánchez, coordinadora del proyecto y responsable de cambio climático de Fundación Global Nature. Una de las principales lecciones aprendidas es que el enfoque del discurso y el método de trabajo con el sector resultan cruciales para iniciar conversaciones efectivas.
“Los experimentos y los resultados visibles convencen más que la teoría, y se ha comprobado que también es clave trabajar no solo con los agricultores, sino con los técnicos de cooperativas y asesores locales” añade Sánchez. Además, AgriAdapt ha hecho un esfuerzo por tejer puentes con la administración pública y entidades clave: se han celebrado 2 reuniones con autoridades nacionales, 3 con autoridades regionales y 5 encuentros técnicos con entidades sectoriales, asegurando una transferencia de conocimiento más allá del ámbito local.
Taller participativo sobre olivo y frutos secos en la Cooperativa de Viver.
Barreras y oportunidades
Uno de los ejes clave del proyecto ha sido conocer de primera mano qué barreras y oportunidades afronta el sector en la adopción de medidas de adaptación. Una encuesta realizada a agricultores de la Comunidad Valenciana, Navarra y Castilla-La Mancha refleja que, aunque la implantación general de nuevas prácticas sigue siendo baja, algunas medidas concretas despiertan un notable interés para su futura adopción.
En viñedo valenciano, por ejemplo, un 85% de los agricultores que no utilizan aún cubiertas invernales (vegetales o inertes) manifiestan su intención de incorporarlas. También generan un interés creciente las medidas que apuestan por material vegetal, variedades y portainjertos, que mejor se adaptan al enfoque de la bodega y a las posibilidades climáticas (acortamiento de la duración del ciclo de la vid). En el olivar de Castilla-La Mancha, el mulching y el blanqueado con caolín pulverizado destacan como las prácticas con mayor proyección, pese a no estar implementada previamente por ningún encuestado. En el cereal de Navarra, medidas para la optimización de la fertilización, como la fertilización en línea de siembra, se sitúan como las opciones más atractivas, con un 75% de intención de adopción.
También se identifican oportunidades en cultivos como el olivar y los frutos secos en la Comunidad Valenciana, donde medidas como los protectores solares (blanqueado con caolín pulverizado) y los bioestimulantes, aún poco utilizados, comienzan a despertar interés entre los olivicultores. Lo mismo ocurre con las cubiertas vegetales en el viñedo navarro, que podrían extenderse en el futuro si se cuenta con los apoyos adecuados.
Estas conclusiones nos llevan a destacar un aspecto poco tratado y fundamental: la percepción social del sector sobre la adaptación al cambio climático. “Gracias a las encuestas y al trabajo de campo, se ha conseguido un conocimiento inicial sobre cómo perciben el tema, qué preocupaciones tienen y bajo qué condiciones estarían más dispuestos a adoptar nuevas prácticas”, afirma Sánchez.
La conclusión apunta a que hay medidas que no avanzan por desconocimiento o falta de referencias prácticas, pero que cuando se presentan con información adaptada, ensayos visibles y asesoramiento técnico cercano, el interés del sector crece de forma significativa. “Sabíamos que no basta con poner la información a disposición del sector. Con los resultados de AgriAdapt, lo confirmamos: lo que realmente marca la diferencia es el acompañamiento técnico. Solo cuando un agricultor ve, prueba y entiende cómo aplicar una medida en su terreno, en su clima y con sus recursos, esa medida se convierte en parte de su día a día”, concluye la experta.
El proyecto cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través de la Convocatoria de subvenciones para la realización de proyectos que contribuyan a implementar el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (2021-2030).
Julia de Miguel