Un año después de la DANA, España sigue sin estar preparada frente al cambio climático, alerta Greenpeace

Un año después de la DANA más devastadora de la historia, Greenpeace advierte que España continúa sin estar preparada ante fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes e intensos por el cambio climático. La catástrofe de 2024 dejó 237 fallecidos y daños devastadores en el este y sur peninsular.

Adaptación insuficiente y errores repetidos
La organización valora algunos avances, como la educación en emergencias, la mejora de los sistemas de alerta temprana y el nuevo Real Decreto de “permisos climáticos” para proteger a las personas trabajadoras.
Sin embargo, denuncia la falta de gestión territorial adecuada: más de 2,7 millones de personas viven en zonas con alto riesgo de inundación, donde se siguen autorizando nuevas construcciones.
Greenpeace considera “inaceptable” la Ley de Simplificación Administrativa valenciana, que agiliza obras en zonas inundables sin informes de riesgo.

“Las lluvias extremas ya no son excepcionales. No podemos seguir construyendo en zonas de riesgo ni ignorar el papel protector de la naturaleza”, advierte Elvira Jiménez, responsable de Adaptación Climática.
La ONG reclama revisar los planes urbanísticos anteriores a 2015 e incorporar mapas de riesgo vinculantes que impidan edificar en áreas inundables. También pide renaturalizar ecosistemas fluviales y urbanos, restaurar humedales como l’Albufera y aumentar la permeabilidad de las ciudades.

Mitigación: la gran asignatura pendiente
Las emisiones de gases de efecto invernadero apenas bajaron un 0,5 % en 2024, lejos del 7 % anual necesario. Aunque el uso de gas cayó un 4,2 %, el consumo de petróleo sigue disparado, especialmente en el transporte. Greenpeace denuncia la falta de políticas eficaces para abandonar los combustibles fósiles.

“Mientras petroleras como Repsol acumulan beneficios récord, la ciudadanía sufre los impactos climáticos”, señala Pedro Zorrilla Miras, responsable de la campaña de Clima.
La organización exige planes de descarbonización obligatorios para las empresas fósiles y nuevos impuestos climáticos que financien la reconstrucción, la adaptación y la transición energética.

Un Pacto de Estado frente a la emergencia climática
Greenpeace propone un Pacto de Estado por la Emergencia Climática, basado en la ciencia y capaz de trascender los ciclos políticos.

“El cambio climático ya no es una amenaza futura, sino una realidad cotidiana”, concluye Jiménez. “Necesitamos un acuerdo de país que priorice la vida sobre los intereses económicos”.

Greenpeace | ecoactiva

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