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Restringir el tráfico incrementa las ventas del comercio local

Las políticas para reducir el tráfico de vehículos y limitar el acceso de los más contaminantes aumentan las ventas del comercio minorista, según un nuevo estudio de la campaña Clean Cities.

Mientras la población europea se enfrenta a la posibilidad de otra ‘Navidad COVID-19’, un nuevo informe de la campaña europea Clean Cities, que en España desarrollan entre otras organizaciones Ecologistas en Acción, ECODES y ConBici, concluye que un menor número de coches en las calles podría ser un salvavidas para el comercio local, muy  afectado por la pandemia.

Los datos revelan que las políticas urbanas que reducen el uso del coche en general o que se centran específicamente en prohibir la circulación de los vehículos más contaminantes –como las áreas de tráfico restringido y/o las Zonas de Bajas Emisiones– mejoran no solo la calidad del aire sino que pueden contribuir a aumentar las ventas navideñas.

Carmen Duce, coordinadora de transporte de Ecologistas en Acción y coordinadora de la Campaña Clean Cities, señala que ”las políticas que desincentivan el uso del automóvil pueden ser un verdadero salvavidas para la economía local. Los dirigentes municipales deben redoblar sus esfuerzos para poner en marcha zonas de bajas emisiones y de tráfico restringido. Es una triple victoria para lograr un aire más limpio, proteger el clima y ayudar a los negocios locales. Los propietarios de comercios situados en vías afectadas por la contaminación del tráfico se merecen un regalo de Navidad».

En Madrid, por ejemplo, el gasto se elevó un 8,6 % en el área delimitada por la zona de bajas emisiones –antiguo Madrid Central– en comparación con el 3,3 % que se registró en el municipio durante el período navideño de 2018.

El estudio muestra que cuando estas políticas se combinan con fuertes inversiones en transporte público y promoción de la movilidad activa los resultados son aún más positivos. En Londres, después de realizar mejoras para estimular los desplazamientos a pie y en bicicleta en las principales calles y en los centros urbanos, el cierre de comercios locales fue un 17 % menor que en otras zonas, según un análisis realizado en 2018. Igualmente, un estudio realizado en Berna (capital de Suiza), demostró que convertir las plazas de aparcamiento en aparcamientos para bicicletas puede elevar un 13 % el gasto en el comercio minorista por metro cuadrado de aparcamiento.

Al contrario de lo que a veces se dice y se piensa, los clientes que van a pie, en bicicleta o en transporte público tienden a gastar más que quien llega en coche. En los distritos comerciales de Londres, los clientes que llegaban a pie gastaban más al mes (215 libras) que quienes llegaban en coche (206 libras). En Berlín, una encuesta reciente reveló que los compradores que llegaron a las calles comerciales a pie, en bici o en transporte público son responsables del 91 % de las compras semanales (a pie: 61 %, en transporte público: 16,5 %, en bicicleta: 13,5 %).

Cristian Quílez, responsable de proyectos de ECODES, señala que “las políticas de movilidad restrictivas con el tráfico son a la vez una apuesta por la salud de los ciudadanos, el medio ambiente y la economía local. Las Zonas de Bajas Emisiones, que deben ir más hacia las cero emisiones que hacia las bajas, tienen que servir para devolver las calles al peatón, reducir el vehículo privado, y priorizar la movilidad activa, la bicicleta y el transporte público de cero emisiones. Ojalá en 2023 una mayoría de las ciudades haya optado por el camino de la ambición y la lógica más que por la defensa de intereses particulares”.

Laura Vergara, portavoz de Conbici, remarca: «La evidencia es clara. Más transporte activo y público –no coches– significa mejores negocios. Las políticas de reducción del uso del coche deben ir siempre acompañadas de fuertes inversiones en la marcha, la bicicleta y el transporte público».

La Ley de Cambio Climático aprobada en España en mayo de 2021 obliga a las 149 ciudades de más de 50.000 habitantes a implementar zonas de bajas emisiones antes de 2023. Actualmente hay más de 250 LEZ activas en toda Europa. Francia ha fijado el final 2024 como plazo para que todas las grandes ciudades implanten zonas de bajas emisiones. También se espera que el año que viene haya una zona de bajo tráfico que cubra el centro de Bruselas.

SE RECUPERA EL USO DEL COCHE PERO NO EL DEL TRANSPORTE PUBLICO

Ante la celebración, mañana, del Día Sin Coches, se advierte que el nivel de tráfico, en puntos como Madrid o Barcelona, se acerca a valores precovid, mientras el transporte público está aún al 70% de demanda

El automóvil está siendo, lamentablemente, el medio de transporte “ganador” en la vuelta al trabajo post-pandemia. Así lo denuncia Greenpeace a través de un dossier que analiza la evolución de la movilidad, con motivo de la celebración, mañana, del Día Mundial Sin Coches 2021. Mientras el tráfico rodado se acerca ya a los valores precovid, el transporte público crece más lentamente y todavía está al 70% de la demanda, respecto a 2019.

Como muestra Greenpeace en este video, lanzado en el marco de la Semana de la Movilidad, el transporte público es fundamental para la sostenibilidad de las ciudades y recuerda que un trasvase de demanda del bus y el metro hacia el vehículo particular tendría consecuencias negativas sobre la calidad del aire y, por ende, sobre nuestra salud. Debido a la influencia de la meteorología, noviembre y diciembre son meses donde los picos de contaminación son habituales en ciudades como Madrid, donde la semana pasada el tráfico ya alcanzó el 99,6% en hora punta respecto a un día equivalente.

Esta recuperación de la movilidad en coche no se da de igual forma en trenes y autobuses. La demanda del transporte público urbano se sitúa alrededor del 70% frente a los valores de 2019, un valor que se repite de manera constante a lo largo de todo el estado.

De las ciudades que han facilitado datos, al menos Girona (Teisa) y Valladolid (Auvasa) se ubican en ese 70%, muy cerca de Valencia (EMT) al 71% y Madrid (EMT y Metro) al 72%. Datos similares a los de Barcelona, donde TMB registra un 75% en Metro y 66% en autobús. La horquilla abarca desde el 60% en la Costa del Sol (Málaga) al 80% de Gijón (Emtusa), pero siempre con el 70% como punto de referencia.

Cinco motivos que explican la recuperación del coche

El análisis realizado por Greenpeace para el Día Mundial Sin Coches contempla hasta cinco posibles causas que, según los datos disponibles, justifican la rápida recuperación del automóvil frente al transporte público.

  • Una menor congestión por el descenso generalizado de la movilidad
  • Una mayor facilidad para aparcar, por el mismo motivo
  • La falsa sensación de inseguridad frente al contagio en el transporte público
  • La recuperación de la movilidad laboral por el fin del teletrabajo [1]
  • La predominancia del turismo nacional frente al internacional

“Durante la pandemia hemos visto cómo las ciudades son más habitables cuando hay menos coches. Sin embargo, muchos de nuestros alcaldes no han aprendido nada durante esta pandemia”, ha declarado Adrián Fernández, responsable de movilidad de Greenpeace. “Si no se toman medidas urgentes, nos arriesgamos a unos niveles de tráfico peores que en 2019. A más coches, más contaminación y peor calidad de vida.”

Zonas de Bajas Emisiones para frenar el tráfico

Para evitar futuros episodios de contaminación, Greenpeace demanda la implantación inmediata de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). La Ley de Cambio Climático ya exige que 150 ciudades cuenten con esta medida durante el próximo año. Sin embargo, actualmente sólo Madrid y Barcelona cuentan con una ZBE.

El pasado mes de abril activistas de Greenpeace reclamaron al alcalde de Sevilla, Juan Espadas, que activase el ‘Plan Respira’ (antes Plan Centro, suspendido desde 2011) [2]. Una reclamación similar a la realizada el pasado viernes contra Abel Caballero, alcalde de Vigo, que aún no ha elaborado una propuesta de ZBE, a pesar de que la FEMP, que él mismo preside, ha elaborado una guía animando a su implantación.

Igualmente, la organización ecologista solicita al Gobierno de España que desarrolle un reglamento para regular las Zonas de Bajas Emisiones que pide la Ley. Hasta el momento, el Ministerio de Transición Ecológica ha presentado unas directrices para su elaboración, pero éstas no son de obligado cumplimiento.

Según Greenpeace, la ausencia de criterios vinculantes está permitiendo que los ayuntamientos menos comprometidos implanten zonas muy laxas y sin efectos reales, como ha sucedido con la modificación de Madrid Central, realizada por el alcalde José Luis Martínez-Almeida, que permitirá 45.000 coches más al centro. [3]

Adrián Fernández