LA SOSTENIBILIDAD EN LA ARQUITECTURA, UNA ASIGNATURA CON PREMIO

El 31 de agosto se termina el periodo para visitar las exposiciones de los trabajos de final de grado de los alumnos de la UIC Barcelona Schoool of Architecture, bajo el título L’H: Hub of Hubs. Social challenges and urban reprogramming [L’H: Hub de hubs. Desafíos sociales y reprogramación urbana]. La exhibición agrupa diecisiete proyectos desarrollados para impulsar la reestructuración urbana y favorecer la transición del Hospitalet de Llobregat hacia un modelo de ciudad más adaptada a las necesidades sociales y ambientales actuales.  

En ella, se encuentran los ganadores de la primera edición de los Premios Sostenibilidad de ROCKWOOL, Óscar Morte y Nino Mgeladze, quienes se han alzado con el primer y segundo puesto, respectivamente. “Los estudiantes seleccionados dispondrán de una dotación económica que les permitirá realizar un curso de intensificación en algún tema específico de su interés en el ámbito de la arquitectura y el urbanismo”, explica Jordi Guivernau, miembro del jurado y arquitecto del Departamento Técnico y de Desarrollo de ROCKWOOL Peninsular, empresa líder en aislamiento de lana de roca. 

A partir de un análisis de la situación actual, el reto principal de los estudiantes ha residido en la necesidad de coser una ciudad muy marcada por la fuerte división que le infringe la infraestructura del ferrocarril.

Ante este desafío, Guivernau valora muy positivamente los proyectos presentados. “De este certamen destacaría la gran calidad de los trabajos presentados, tanto a nivel de análisis como de rigurosidad y ahorro energético. Además, añade que “es importante estar presentes y acompañar a los futuros arquitectos en toda su formación y trayectoria profesional. Un compromiso que adoptamos desde ROCKWOOL para fomentar la edificación sostenible entre los futuros profesionales y, al mismo tiempo, poner en valor la rehabilitación y el uso de materiales respetuosos con el medio ambiente”.

Por ello, con la aplicación de estos criterios, las obras abren el camino hacia una nueva edificación más comprometida con el entorno y las personas.

‘InFill. Sustainable Housing Cooperative’ o cómo rehabilitar es la opción más sostenible

Óscar Morte se ha alzado con el primer premio por su proyecto ‘InFill. Sustainable Housing Cooperative’, que plantea la redensificación y rehabilitación de viviendas de mediados del siglo XX en Hospitalet para generar un nuevo modelo de vivienda cooperativa que responda a los criterios de eficiencia energética y sostenibilidad.

Apostar por la rehabilitación le ha permitido diseñar unos inmuebles, que según Guivernau son “más comprometidos con el entorno, ya que, la rehabilitación es una elección mucho más sostenible que construir desde cero”. Y añade que “el proyecto cuenta con una excelente actuación mejorando el aislamiento térmico de la envolvente, reduciendo la demanda energética. Asimismo, la calidad de los edificios planteados y su aprovechamiento de energía solar, la convierten en una obra muy completa, que mejoraría la vida de las personas de una zona muy específica del Hospitalet”.

Por otro lado, se ha valorado la apuesta del alumno por una acción táctica, que plantea una intervención para combatir el cambio climático a corto plazo.

‘SUPRA. Energy Self-Sufficient School of Arts’, una universidad sobre las vías del tren

El segundo premio ha sido para la alumna Nino Mgeladze por su proyecto ‘SUPRA. Energy Self-Sufficient School of Arts’, que plantea la creación de una universidad de artes escénicas y artísticas sobre las vías del tren. Un edificio autosuficiente enfocado a escuelas, talleres y entidades que necesiten espacios concretos para realizar estas prácticas. “De SUPRA destacaría que se ha trabajado muy bien la composición de la envolvente del edificio, su accesibilidad, así como el aprovechamiento de la luz solar y agua pluvial. Una obra polivalente, muy flexible y adaptada a las necesidades de sus ocupantes”, agrega Guivernau.

Un sistema de estructuras superpuestas, que habilita un espacio universitario sobre las vías, sirviendo además de puente urbano —y conexión accesible— para el barrio. El edificio en forma de Y recoge las aguas pluviales y las canaliza hacia un nuevo jardín inundable a modo de estanque estacional, incorporando a la arquitectura-infraestructura la amabilidad propia del orden paisajístico. El proyecto cuenta con dos sistemas de producción de energía renovable: por un lado, la generada por la vibración del propio tren, y por otro, la instalación fotovoltaica muy bien integrada en cubierta.

Julia Estiarte

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