Aceite de cocinar y medicamentos: residuos que menos se separan en casa

El principal amigo y enemigo del planeta somos nosotros mismos. Cada europeo genera 513 kilos de basura al año y solo se recicla el 24%. Y en España, la situación es aún peor: 547 kilos per cápita de los que apenas se recicla el 15%. EROSKI CONSUMER ha querido conocer la intención o la percepción que los encuestados decían tener sobre sus propios hábitos de reciclaje, así como su nivel de conciencia ambiental. Para ello, entrevistó a un total de 1.000 personas mayores de 20 años en 9 comunidades autónomas: Andalucía, Islas Baleares, Castilla La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Madrid, Navarra y País Vasco.

El 51% de los entrevistados eran mujeres con una media de 49 años. Para depositar sus residuos, el 96% de ellos contaba con contenedores de superficie cerca de su domicilio, el sistema mayoritariamente implantado a diferencia de los contenedores soterrados (disfrutan de él un 8% de los entrevistados), el Puerta a Puerta o PaP (un 4%) y de la recogida neumática (un 2%). Solo un 4% consideraba que tenía un punto limpio cerca de su domicilio. En este sentido, es importante destacar que en el caso del PaP, quienes dicen contar con este sistema no se refieren al genuino (aquel en el que el servicio municipal pasa por cada hogar un día y horario concreto para retirar las diversas fracciones de residuos), sino a la recogida de residuos voluminosos. Y es que son pocas las localidades españolas que cuentan con un sistema PaP genuino y se encuentran en Cataluña, Asturias, Mallorca, Gipuzkoa y algunos barrios en Valencia.

Durante la encuesta, pocos confesaron no separar habitualmente los residuos que generan en su domicilio. Por fracciones, los aceites de cocina son los que menos se separan: uno de cada tres encuestados reconoció no hacerlo. ¿Los motivos? La supuesta ausencia de un servicio de recogida de este tipo de residuos, la incomodidad de almacenarlo y la escasa cantidad de aceite que decían almacenar eran los principales.

En España, se calcula que cada consumidor genera al año unos cuatro litros de aceite doméstico usado y en total, se mueven 180 millones de litros de aceite vegetal usado anuales. Más de la mitad termina en las alcantarillas y contamina ríos y suelos.

Algo parecido ocurre con las medicinas: más de uno de cada cinco de los encuestados confirmó que no lo hace pese a que tirarlas a la basura o al desagüe genera contaminación de ríos y que sus principios activos los absorban cultivos o animales. Por sexos, son los hombres quienes menos separan en casa, uno de cada cuatro no lo hace, frente a una de cada cinco mujeres. Y por edades, las personas con 55 años o más son las más concienciadas (solo un 12% no lleva sus medicamentos al Punto SIGRE frente al 38% de los que tienen entre 20 y 34 años que no lo hacen).

Los aparatos eléctricos y electrónicos tampoco se separan tanto como se debería: uno de cada cinco entrevistados lo confesó así. Los motivos que esgrimen para no dividir del resto de la basura este tipo de residuos tienen que ver básicamente porque en su zona no hay un servicio de recogida o porque no generan suficiente como para reciclar.

La chatarra electrónica es un problema cada día mayor. El volumen de este tipo de residuo crece entre un 16% y un 28% cada cinco años, el triple que la basura domiciliaria. Cuando este tipo de aparatos se desechan, se convierten en residuos muy contaminantes porque contienen bromo, cadmio, fósforo o mercurio, muy dañinas para la salud y para el medio ambiente.

¿Demasiado optimistas?

Según los resultados de la encuesta realizada por EROSKI CONSUMER, mientras los residuos orgánicos biodegradables, el papel y cartón, el vidrio y los envases ligeros se reciclan en más de nueve de cada diez casos; el textil y calzado lo hacen en un 85% y los aparatos eléctricos y electrónicos, los medicamentos y los aceites de cocina entre un 65% y un 77%.

Si bien es cierto que los hábitos de reciclaje en nuestro país han mejorado en los últimos años, también lo es que a la vista de algunos resultados de nuestra encuesta, la percepción de los ciudadanos respecto a los residuos que separan en casa es más optimista que la que muestran los datos oficiales de reciclaje. Así, también en la Encuesta de Hogares y Medio Ambiente 2008 elaborada por el INE las proporciones son elevadas en algunos tipos de residuos: tres de cada cuatro hogares españoles aseguraron separar el papel, cartón y vidrio para llevarlo a un punto de recogida específico, y siete de cada diez lo hacían con las pilas y baterías, envases de plástico y medicamentos.

Con todo, es característico el baile de cifras sobre las tasas de reciclaje en función de la fuente a la que se acceda: por un lado, Ecoembes asegura que la tasa de reciclaje de envases domésticos (tanto procedentes del contenedor amarillo como del contenedor azul) en España alcanza el 68%. Por su parte, un grupo de investigadores de la Universidad Jaume I (UJI) ha evaluado la eficiencia de los cuatro modelos de recogida de residuos urbanos de las ciudades españolas con más de 50.000 habitantes. Entre los resultados, se revela que en el mejor de los casos se recicla el 45% del papel y el 20% de los envases metálicos o de plástico, unos porcentajes más alejados de los objetivos mínimos legales. Y es que la legislación española plantea reciclar al menos el 60% del papel y cartón que se recoge en los contenedores, el 60% de vidrio, el 50% de los metales y el 22,5% del plástico. Sin embargo, este informe indica que sólo la recogida de vidrio supera el mínimo exigido.

Crece la conciencia

Tanto los gestores de residuos como las ONG medioambientales consultados por la revista coinciden en que los ciudadanos son ahora más conscientes de que sus hábitos influyen en la conservación del entorno que les rodea. Pero también apuntan a que aún queda mucho por hacer. EROSKI CONSUMER realizó una serie de afirmaciones para conocer su grado de concienciación ambiental.

En este sentido, el 93% de los encuestados está de acuerdo con que la eliminación ineficaz de los residuos contamina el medioambiente y también con que es un peligro para la salud pública. Además, el 88% de los encuestados piensa que se generarían menos residuos si no se derrochase tanto. Por comunidades, son más conscientes de ello en Andalucía, con la mayor proporción de personas de acuerdo con esta afirmación (94%). Y es que todo aquello que se compra y se consume tiene una relación directa con lo que se tira a la basura. Para las ONG medioambientales consultadas, la tendencia general es que a la hora de hacer la compra, por ejemplo, no nos planteamos el impacto de nuestro consumo sobre el planeta. Por eso, es fundamental consumir racionalmente y evitar el derroche.

Más campañas

En este sentido, los expertos consultados por EROSKI CONSUMER consideran que la labor de sensibilización y prevención continúa siendo fundamental para que cada día se recicle más y mejor. Aseguran que es necesario que los ciudadanos sean conscientes del papel protagonista que juegan en la cadena de reciclado y hacen hincapié en la educación medioambiental de los más pequeños.

En este sentido, tres de cada cuatro entrevistados considera que son necesarias más campañas de información sobre los residuos urbanos y su gestión. Además, un 84% considera que las instituciones son capaces de mejorar la gestión de los residuos urbanos. Por último, sancionar a las personas que no separen de forma correcta sus residuos no es buena idea para más de la mitad de los encuestados.

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