Oposición al proyecto de construcción de una autopista por el norte de Doñana

WWF lamenta que, en el 50 aniversario de la declaración de uno de los espacios protegidos más importantes de Europa, la Junta de Andalucía,  en lugar de celebrar el aniversario con propuesta positivas, pretende construir un cinturón de asfalto entre Huelva y Cádiz, aislando Doñana aún más y dañando de forma irreversible sus marismas y su biodiversidad. Actuaciones prioritarias son la ampliación de sus límites, la eliminación de las miles de hectáreas de cultivos de fresas ilegales o acabar definitivamente con el proyecto de almacenamiento de gas de Naturgy en el subsuelo y no rescatar un viejo proyecto de tan elevado coste económico y ambiental.

El gobierno de la Junta de Andalucía, formado por el Partido Popular y Ciudadanos, pretende resucitar el viejo proyecto de construir una carretera de alta capacidad entre Huelva y Cádiz, atravesando las marismas y el río Guadalquivir por el norte del Parque Nacional de Doñana, para lo que incluirá la obra en el Plan de Infraestructuras del Transporte y la movilidad 2021-2027 (PITMA).

Además, la Junta de Andalucía también ha anunciado recientemente su intención de desdoblar la carretera A-483 que ya une Almonte y Matalascañas, atravesando de norte a sur el corazón del Parque Nacional de Doñana. Un auténtico atentado ecológico que dificultaría aún más el movimiento de fauna y especialmente la conexión de las poblaciones de linces hacia la zona occidental –Abalario–, al tiempo que no daría respuesta a los problemas de tráfico en esta vía.

La idea de una nueva conexión entre Huelva y Cádiz por autovía fue una promesa electoral del Partido Popular en las pasadas elecciones andaluzas, rescatando el polémico proyecto planteado ya en otras ocasiones. De hecho, la idea se planteó por primera vez durante la II República atravesando la costa de Doñana. El proyecto volvió a resucitarse en los años 80 por el gobierno socialista de entonces y el enorme rechazo social hizo que se planteara la conexión por el norte, entre los pueblos de Hinojos y Lebrija, pero la inviabilidad técnica y económica y el expediente abierto por la Comisión Europea contra España hicieron que finalmente la Junta de Andalucía optara por la nueva circunvalación de Sevilla (SE-40). Sin embargo, determinados sectores empresariales han seguido exigiendo la opción más costosa e impactante, que es la que ahora pretende realizar el gobierno de Moreno Bonilla.

Para WWF, la construcción de una autopista entre Huelva y Cádiz atravesando las marismas del Guadalquivir tendría un impacto ambiental inasumible. Crear un cinturón de asfalto alrededor del Parque Nacional de Doñana aislaría aún más el espacio protegido y tendría un efecto acumulativo al sumarse a la importante trama de carreteras ya existentes en la actualidad en el entorno de Doñana, que cada vez hacen más difícil el movimiento de su fauna y los procesos ecológicos.

Por otro lado, la autopista que pretende construir la Junta de Andalucía aumentaría también el aislamiento y los atropellos de especies como el lince ibérico, gravemente amenazado de extinción en el entorno de Doñana. Además, fragmentaría las marismas y dañaría irreversiblemente espacios protegidos incluidos en la red Natura 2000 de la Unión Europea, como el Corredor del Guadiamar, entre otros.

WWF también denuncia que este proyecto supondría un auténtico despropósito económico ya que, según los estudios realizados en su día por la Junta de Andalucía, la Fundación Doñana 21 o WWF, el ahorro de tiempo no llegaría a 15 minutos, pero costaría entre 800 y 1400 millones de euros. Inaceptable teniendo en cuenta que además duplicaría una infraestructura ya existente, la SE-40.

De llevarse adelante los planes de la Junta de Andalucía, Doñana y su fauna quedarían cercadas: al oeste por la A-483 redoblada y por miles de hectáreas ilegales de campos de fresas que han invadido los montes y los arroyos, al norte por la autovía de V Centenario (A-49) y al noreste hasta el Guadalquivir por la nueva autopista Huelva-Cádiz.

Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España, ha declarado: “Doñana es un organismo vivo pero cada vez más débil que no puede sobrevivir aislado y que no aguantará más presiones. Lamentamos que la Junta de Andalucía celebre el 50 aniversario de la declaración de Parque Nacional con dos proyectos de carreteras inútiles y que dañarían de forma irreversible su naturaleza, en lugar de anunciar el cierre de las miles de hectáreas de fresas ilegales que cercan y secan el parque nacional como sería su obligación”. Del Olmo añadió: “Como hemos venido haciendo desde hace más de 50 años, desde hoy denunciaremos estas nuevas amenazas ante la opinión pública,  la Comisión Europea y otros organismos internacionales que velan por la conservación de Doñana”.

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