La Fundación Félix Rodríguez de la Fuente apoya una campaña para salvar olivos y árboles centenarios

Olivo centenario - C. J. Palacios
®C.J.Palacios

Igual que hace 150 años los ricos norteamericanos venían a España para llevarse por cuatro perras iglesias románicas piedra a piedra, ahora permitimos el mismo expolio con nuestro patrimonio natural. Cientos de olivos centenarios del sur de Europa, algunos con más de mil años de edad, son cada año arrancados de cuajo y vendidos como adornos para jardines, urbanizaciones, rotondas y campos de golf en países tan lejanos como Estados Unidos o los Emiratos Árabes. Un alto porcentaje no soporta el trasplante y muere por el camino, pero el elevado margen comercial logrado asume con alegría las pérdidas.

El negocio va en aumento a pesar de que cada vez quedan menos de estos árboles monumentales en los países del Mediterráneo. Se llegan a pagar fortunas.Único, irrepetible, ese pedazo de historia es además uno de los seres vivos más viejos del planeta, pero para los caprichosos tan sólo se trata de un objeto de colección/especulación.

Gracias a una ley de Patrimonio Arbóreo Monumental, la Comunidad Valenciana prohíbe desde en 2006 el arranque de olivos y otros árboles singulares que tengan más de 350 años o seis metros de perímetro. Para entonces ya habían desaparecido miles, pero los supervivientes son ahora un importante recurso turístico. Y su aceite se vende a precios increíbles.

No ocurre lo mismo en Andalucía, Murcia, Extremadura, Cataluña o Aragón, donde todavía hoy se permite su desarraigo y venta. En Francia y en Italia no está autorizado el arranque pero se acepta la compra de ejemplares provenientes de otros países como España, Portugal, Grecia o Marruecos.

Por eso, desde la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente a través del proyecto LIFE+BIGTREES4LIFE, cofinanciado por la Unión Europea y la Diputación de Valencia, se apoya una campaña a través de la plataforma Change.org para recoger firmas y conseguir que el Parlamento Europeo se comprometa a proteger estas joyas de nuestro patrimonio.

 

Fundación Félix Rodríguez de la Fuente | Prensa

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