El Parque Nacional de Doñana ha experimentado durante esta primavera una de las mejores campañas reproductoras para las aves acuáticas en años recientes. Las intensas precipitaciones registradas a finales de invierno y en los primeros meses de primavera han favorecido un óptimo estado de inundación en la marisma, alcanzando una acumulación de lluvia de 674 l/m² en el actual año hidrometeorológico. Este hecho convierte a 2025 en el primer año húmedo desde 2010, marcando el fin del ciclo seco más prolongado en la historia del parque.
A pesar de que este año no se considera extraordinario, la mejora en las condiciones ecológicas ha permitido la exitosa reproducción de varias especies emblemáticas del humedal. Durante el Consejo de Participación llevado a cabo el pasado 27 de junio, el equipo de gestión del Espacio Natural de Doñana destacó poblaciones notables, como las 12,300 parejas de morito común y las 1,415 parejas de martinete común, así como 457 parejas de espátula común.
Se resalta también el éxito reproductor de especies en peligro crítico, incluyendo 65 parejas de cerceta pardilla y 20 parejas de focha moruna, así como otras especies que han logrado reproducirse exitosamente.
Un llamado a la prudencia
Sin embargo, la ONG advierte que estos resultados son coyunturales y reflejan la excepcionalidad de las lluvias de este año. A pesar de los datos positivos, los procesos de deterioro ambiental siguen afectando al parque. Carlos Davila, responsable de la oficina de la organización en Doñana, enfatiza: “El Parque continúa inmerso en un proceso de deterioro sistémico. El repunte reproductor de esta primavera es puntual y no puede ocultar la gravedad de una situación estructural que amenaza con ser irreversible si no se actúa con urgencia.”
Los efectos del cambio climático, la sobreexplotación de acuíferos y la contaminación derivada de prácticas agrícolas intensivas han llevado a Doñana hacia un progresivo declive, evidenciado por la alarmante situación de sus ecosistemas. En 2023, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) excluyó al parque de su Lista Verde, convirtiéndose en la primera reserva natural en ser retirada de este prestigioso reconocimiento.
A pesar de las lluvias, el cambio en los patrones climáticos ha conducido a un otoño e invierno secos, resultando en un censo internacional de aves acuáticas invernantes en enero que registró 240,531 ejemplares de 81 especies, una cifra que representa el tercer peor dato en los últimos 25 años. Además, el ánsar común ha sufrido un desplome histórico, con solo 2,533 individuos contados, en comparación con los 40,000 a 50,000 que se registraban en décadas pasadas.
También alerta sobre el riesgo de proliferación de cianobacterias tóxicas debido a las altas temperaturas de este inicio de verano, instando a la implementación de una gestión hídrica adecuada para prevenir la mortalidad de aves acuáticas.
¿Qué necesitamos?
La organización conservacionista sostiene que solo mediante una gestión territorial responsable y basada en la ciencia se podrá garantizar el futuro de este espacio natural único. Resulta prioritaria la ejecución completa del Plan Especial para la ordenación de zonas de cultivo en regadío, así como acelerar las acciones de restauración hidrológica contempladas en el Marco de Actuaciones para Doñana y promover la restauración integral del estuario del río Guadalquivir.
Por último, SEO/BirdLife hace un llamado a la Junta de Andalucía, gestora del Parque Nacional de Doñana, para que cumpla con su propio Plan de Recuperación y Conservación de Aves de Humedales, y asuma los compromisos adquiridos ante la Unión Europea en el Plan de Gestión del espacio Red Natura 2000, alineándose con recomendaciones de organismos internacionales como UNESCO, UICN y la Convención Ramsar.
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