25 de junio, Día Mundial de la Gente del Mar

  • SEO/BirdLife presenta hoy en Santander los resultados del proyecto Zepamed I y II, centrado en combatir la captura accidental de aves marinas
  • En 2019 ha aumentado su equipo de biólogos para perfeccionar nuevas técnicas disuasorias en

Cada vez son más los pescadores dispuestos a poner remedio a un problema que comparten con las aves marinas y por el que ambos pierden; los primeros, los peces; las segundas, la vida. Así lo ha constatado SEO/BirdLife, que lleva muchos años trabajando en poner solución a la captura accidental de aves en artes de pesca, con especial énfasis desde hace dos años, cuando puso en marcha el proyecto Zepamed, en el marco del Programa Pleamar. Tras finalizar una primera fase a primeros de año, hoy expone sus resultados en Santander –en el Instituto Español de Oceanografía- con motivo del Día de la Gente de Mar. Entre ellos destaca fundamentalmente la constatación de que son el palangrillo, el palangre de fondo y ciertas modalidades de redes fijas las artes con mayor riesgo de capturas, y en ellas centrará sus esfuerzos en Zepamed II.

Más de 200.000 ejemplares mueren al año por este motivo, en lo que supone casi la mitad de toda la mortalidad no natural de aves en el mar; la otra mitad se la llevan otras amenazas, como la contaminación, la pérdida de hábitat, los depredadores introducidos o la sobrexplotación pesquera.

En el encuentro de expertos de hoy se ha explicado cómo, en su primera etapa, Zepamed abordó diversos tipos de embarcaciones para identificar cuales podían tener interacción con las aves. Más de 115 encuestas y 50 cuadernos de recogida de datos (rellenados por los propios pescadores), así como embarques de observadores, permitieron identificar las artes con mayor riesgo de capturas en distintas regiones, así como motivar a los pescadores a buscar soluciones. El primer paso era entender mejor las circunstancias que propiciaban las capturas, para evitarlas, y poner a prueba distintas medidas de mitigación más específicas (en concreto, un “tubo ocultacebos” y un repelente olfativo).

Las artes con mayor riesgo
Actualmente –en la segunda fase – se seguirá recogiendo datos por parte de los pescadores, haciendo especial hincapié en las artes con mayor riesgo. Cerca de 40 embarcaciones colaboran en este trabajo, que ya ha constado cómo la mayoría de las capturas se corresponde con pardelas baleares y mediterráneas.

Otro de los retos de este año es perfeccionar el “tubo ocultacebos”, con la participación de ingenieros que contribuyen a optimizar el sistema. Además, en septiembre se celebrará un taller con el sector al que acudirán expertos provenientes de Ecuador, país en el que se puso en práctica por primera vez este sistema, también llamado “nisuri”.

“El principal objetivo del proyecto –apunta Pep Arcos– es estrechar lazos con el sector pesquero, así como implicar a científicos y administraciones, para buscar soluciones a este grave problema que nadie desea, prestando especial atención a los espacios de la Red Natura 2000. Además es muy importante conseguir una buena implantación territorial para crear una relación de proximidad con los pescadores, por lo que este año hemos incrementado el equipo, formado actualmente por nueve biólogos”.

El nombre de este proyecto, que hace referencia a las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) en el Mediterráneo, cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Transición Ecológica en el marco del Programa Pleamar, cofinanciado por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP).

 

 

 

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